Otoño. [...]
Invierno.
Hoy es Navidad.
Hay murmullos en la calle que lo indican, las calles se abarrotan de sombras con bolsas, las luces se encienden a media tarde, y la noche trae consigo una brisa que lo advierte: Es Navidad.
Ya noto ese espíritu embriagador, el olor que deja, la felicidad que regala.
Poco a poco, la multitud termina por desvanecerse, desaparece. El único resultado es el par de hojas sueltas, carteles que muestran un: "50% en compras Navideñas. ¡Sólo hasta el 5 de Enero!", o locales que advierten su cierre en las próximas horas.
Entonces te paras por un momento, y contemplas todo lo que va sucediendo a tu alrededor, y ves como aquellos saben encontrarle el verdadero significado a la felicidad.
Tal vez no la vean como yo, o simplemente el hecho de que tú no estés me excluya de ese grupo, pero quiero vivirla como ellos la viven, al igual que disfrutan de ésta época: Navidad.
En este año, volveré a pedir lo que el anterior, sólo que con uno extra, y especial además: que estés conmigo ahora -y mañana, y pasado, y en el resto de mi vida-.
Y sí, me refiero a ti.
¿Dónde estás ahora? ¿Acaso hay algo que te impide que estés aquí?.
Distancia, kilómetros.
Me ______________________________________________________________ You
Estamos a Diciembre y créeme, te echo de menos.
No me preguntes el porqué, pero lo hago, y seguiré haciéndolo. Porque lo hago en detalles mínimos, y hasta en los de mayor magnitud. En momentos de puro despiste, y los que no, también.
En situaciones difíciles, y en las mismas rutinas.
La distancia no lleva a que no te eche de menos, es más, es todo lo contrario.
¿Sabes? Ya no me importa. Ya no me importan los 1492 kilómetros que hay entre nosotras, aproximadamente.
Ya no me importa lo que opine el mundo, yo te quiero a ti.
Quiero que hoy, día 25, sepas que esto que escribo aquí, a través de ésta pantalla, me sale profundamente del corazón.
Porque no sé cómo explicarte lo mucho que significas para mí, a lo lejos que has llegado, porque ya no retrocederás jamás de los jamases.
Porque tú eres mi vida, (y esto no es algo por decir).
Llevas la palabra vida porque te la has ganado, Clo. Porque a pesar de esta distancia, luchas.
Porque sabes cómo hacerme sonreír con una palabra cualquiera, e incluso, controlas mis estados de ánimo.
¿Explicarlo? No sé, sólo tú sabes hacerlo. Por ello, no me dejes nunca, por favor. Que yo sin ti no sé lo que haría, porque no puedo ni imaginármelo.
Así que ayúdame, ayúdame a montar este presente contigo. A enmarcar cada pieza y que jamás sean dañadas.
Ayúdame a reproducir el minuto 4:15 en la canción de Pieces de Red, porque sólo así sabré que estás llegando, y que nuestro momento de abrazarnos ha comenzado para no terminar.
¿Empezamos?
MAÑANA.
Te amo, Claudia.
Mi mejor amiga, y alma gemela = mi vida entera.
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