Hoy me desperté con ganas de decirte que te echo de menos más de lo permitido, y menos de lo que acostumbro. Bueno, para que mentirte. Siempre te echo de menos. En la misma distancia, en la misma ciudad, con los mismo kilómetros separándonos.
Dime, ¿Qué hago? Porque sabes que si pudiera hacer algo, lo haría, y dejaría todo por ti. Repito, todo.
Aún no entiende lo importante que eres para mi.
No, no lo entiendes. Que me despierto feliz, porque se que existes. Y eso es algo que no comprendes. Claro que no. Porque puede, que no te lo demuestre como mereces.. y eso es solo culpa mía.
Pero dime ¿Qué hago?
Puedo escribirlo en el cielo si los ángeles me lo permitieran, si la gravedad me dejara elevarme tan alto..
Pero es algo completamente imposible. Puede que en mis sueños no lo sea, pero en esta maldita y absurda realidad, lo es. Y me quema, y me duele, no poder mostrarte, que para mi eres lo más grande. Y que sin ti (tantas veces repetido..) yo no.
No eres la razón de mi vida. Eres la razón de mi existencia.
Y eso no comenzó un 12-6-11.
Comenzó cuando abrimos los ojos por primera vez.
Te amo ardilla.
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